La unidad familiar es de vital importancia entre los afrobolivianos debido a la segregación que existe por su color. Esto refleja su cerrada organización étnica, dentro de la cual mantienen vivos aún rasgos de su cultura de origen.
El pueblo afroboliviano tiene una fuerte raíz cultural basada en sus ancestros llegados del África, el sufrimiento de sus mayores por la esclavitud en Potosí y su asimilación natural al pueblo aymara.
Hacen de la danza de la saya una verdadera expresión cultural musical, pues plasman las inquietudes sociales, alegrías, penas y críticas con coplas rimadas al ritmo africanoide de tambores, y con la picardía de los copleros que sobre la marcha improvisan estrofas de expresión grupal y social. “La música, como en la mayoría de los pueblos indígenas, también acompañaba cosechas, el trabajo y las fechas conmemorables de las comunidades”, dice Wigberto Rivero. “Todo lo que nos pasa, lo que sentimos y planificamos se puede cantar y bailar. Muy tristes o muy felices, siempre cantamos y bailamos como lo hacían nuestros antepasados”, cuenta Julio Castillo.
“Ellos afirman que incluso han tenido su propio rey de apellido Pinedo. Además del aporte de su saya, también han elaborado una cueca negra la cual es interpretada en las ceremonias matrimoniales”, dice el antropólogo Milton Eyzaguirre. Las variaciones dialécticas de los pueblos que lo rodean (quechua y aymara), la música, la actitud y forma de ser del afroboliviano son una especial mezcla de la raza negra, el aymara y del mestizo criollo con personalidad propia.
Además de tener influencia cristiana, conservan todavía elementos de rituales de la macumba y del vudú, sobre todo en las poblaciones de Chicaloma y Mururata, donde perviven algunas tradiciones, aunque con los nombres cambiados y/o totalmente distorsionadas.
Los afrobolivianos tienen como actividad económica principal la agricultura, y cultivan principalmente coca, la que se constituye en la base económica del hogar y que es la fuente fundamental de la economía de la comunidad; también siembran café, cítricos, plátano, yuca, papaya y cereales para autoconsumo.
El café —otra de sus importantes industrias— es rendidor por ser resistente a los suelos empobrecidos y a las lluvias variables. No necesita almacigo, se siembra directamente dentro del cafetal, y cuando la planta está grande se la saca para trasplantarla en hoyos grandes, tres o cuatro plantas en cada uno. Estas actividades se realizan entre los meses de enero y marzo. Después de podar los árboles de café, el terreno lo utilizan para plantar plátanos, yuca, papaya y otras frutas.
Datos
Habitantes: Censo INE (2001). No se toma en cuenta como pueblo indígena. Censo Conniob (Confederación Nacional de Nacionalidades Indígenas Originarias de Bolivia) (2004): 20.711.
Ecorregión: Amazónica (subtropical).
Departamento: La Paz
Provincias: Nor Yungas y Sud Yungas.
Municipios: Chulumani, Coroico, Coripata.
Comunidades: Chicaloma, Mururata, Tocaña, Coripata, Dorado, Chico Chijchipa y Negrillani.
Idioma: Castellano.
Actividad Principal: Agricultura
Productos: Coca, yuca, plátanos, cítricos y arroz.
Vías de acceso: Terrestre
Ecorregión: Amazónica (subtropical).
Departamento: La Paz
Provincias: Nor Yungas y Sud Yungas.
Municipios: Chulumani, Coroico, Coripata.
Comunidades: Chicaloma, Mururata, Tocaña, Coripata, Dorado, Chico Chijchipa y Negrillani.
Idioma: Castellano.
Actividad Principal: Agricultura
Productos: Coca, yuca, plátanos, cítricos y arroz.
Vías de acceso: Terrestre
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